Cuando queremos incorporar cambios en nuestras vidas, cuando deseamos generar un vinculo más sano con la comida y nutrirnos mejor…cuando sentimos la necesidad de hacer ejercicio…de trabajar nuestro cuerpo y sostener en nuestras vidas hábitos saludables…cuando nos cae la ficha que el momento es ahora buscamos opciones y nos conectamos con ese motivador deseo y queremos ya ya ya resultados, queremos inmediatez y muchas veces implementamos cambios y giros drásticos que luego son insostenibles y nos generan angustia y desmotivación.
Busquemos un equilibrio, busquemos un camino intermedio, busquemos transitar el “camino del medio”.
Sí tenemos claro que cambios deseamos realizar, sí nuestro objetivo general es concreto y factible, sí pudimos aterrizar un objetivo específico y diseñamos una buena estrategia para alcanzarlo, sí nos sentimos confiados y positivos con pasar a la acción, te invito a que pares, te tomes un tiempo y respires.
Parar y respirar nos puede dar la oportunidad de tomar contacto con nosotros mismos y sentir…sentir…sentirnos y observar como estamos… que necesitamos… y como es en mi esto de generar un cambio…que me mueve? A que me desafía? Que temores me genera? Que exigencias y creencias aparecen? Etc.
Y allí con ese sentir elegir el gris entre el blanco y el negro….elegir un giro que no sea de 180 grados…elegir el “termino medio”…no necesitamos el “todo o nada”…necesitamos un camino que no nos abrume, un camino que nos de respiro y paz, un camino que nos genere calma y no estrés, un camino que sea amoroso y equilibrado donde los cambios sean integrados de a poco, donde los cambios que voy sumando sean registrados como experiencias positivas y beneficiosas para mi vida, no importa sin son pocos cambios, no importa sí son cosas ”sencillas”, lo más importante es sentir que lo que voy cambiando es bueno para mi y me hace sentir bien, lo más importante es caminar por el camino saludable y amoroso, caminar por el camino del medio.